miércoles, 7 de diciembre de 2011

MITOS SOBRE EL EMBARAZO

VERDADES Y MENTIRAS SOBRE EL EMBARAZO

¿Cuánto peso bajaré después de dar a luz a mi bebé?

Probablemente no vuelvas al peso que tenías antes del embarazo por un tiempo, pero bajarás una cantidad de peso importante inmediatamente después del parto. La mayoría de las nuevas mamás quedan con unas 12 libras (5 1/2 kilos) menos de peso, restando las 7 a 8 libras que pesa el bebé (3 a 3 1/2 kg), otra libra o dos de la placenta (1/2 a 1 kg), y otras 2 libras (1 kg) aproximadamente de sangre y líquido amniótico.
Después el peso irá bajando paulatinamente porque tendrás que eliminar todo el líquido extra que las células retuvieron durante el embarazo, junto con el líquido proveniente del exceso de sangre que tenías en tu cuerpo. Debido a esto producirás más orina de lo normal durante los días posteriores al nacimiento - unos sorprendentes 3 cuartos por día - y es posible que notes que transpiras mucho, aún mientras duermes. Al terminar la primera semana, habrás bajado alrededor de 4 libras (1,8 kg) de peso en líquido. (La cantidad varía según la cantidad de líquido que hayas retenido durante el embarazo.)


¿Por qué no me doy cuenta cuándo necesito orinar?

Es posible que sientas como si no tuvieras ganas de orinar demasiado durante el primer día después del parto, en especial si has tenido un trabajo de parto prolongado, un parto vaginal asistido con fórceps o ventosa, o una anestesia epidural. Esto es bastante común y se debe a que tu vejiga está menos sensible temporalmente. Sin embargo, debido a todo el líquido extra que están procesando tus riñones, tu vejiga se llena muy pronto y por ello es fundamental que orines con frecuencia aún cuando no sientas urgencia.
Si se acumula demasiada orina en tu vejiga, es posible que te sea difícil llegar al baño sin que se te escapen gotitas. Pero lo más importante es que tu vejiga podría distenderse en exceso. Esto puede causar problemas urinarios y también hace más difícil la contracción del útero, lo cual produce más dolores de posparto y sangrado.
Si no puedes orinar por algunas horas después del parto, te colocarán un catéter en la vejiga para drenar la orina. (Si el parto fue por cesárea, te colocarán un catéter urinario para la cirugía y las 12 horas posteriores aproximadamente.) Avísale a la enfermera si tienes dificultad para orinar o si orinas solamente una cantidad pequeña. Si tu vejiga se llena demasiado puede incluso llegar a impedirte orinar.


¿Cuánto tiempo demorará mi útero en contraerse?

En el momento del parto, tu útero es alrededor de 15 veces más pesado (¡sin incluir el contenido!) y sostiene al menos 500 veces más peso que antes de la concepción. Al cabo de unos minutos después de nacer tu bebé, las contracciones hacen que tu útero comience a reducirse, apretándose como un puño. Sus fibras entrecruzadas se van tensando, de la misma manera en que lo hacían durante el trabajo de parto. Esto puede hacer que sientas los calambres conocidos como entuertos o dolores de posparto. Estos dolores también aparecen cuando estás amamantando a tu bebé porque liberas una hormona llamada oxitocina, que hace que el útero se contraiga.
Durante los dos primeros días después del parto, puedes sentir la parte superior de tu útero a la altura del ombligo, o a unos pocos dedos de distancia debajo del ombligo. Al cabo de una semana, tu útero pesa alrededor de una libra (1/2 kilo), la mitad de lo que pesaba en el momento del parto. Después de dos semanas, se reduce a apenas unas 11 onzas (un poco más de 300 gr.) y se ubica totalmente dentro de la pelvis. A las cuatro o seis semanas, ha regresado al peso normal que tenía antes del embarazo, de alrededor de 2 onzas y 1/2 (70 gr.) Este proceso se denomina involución del útero.


¿Por qué sangro?

Después del nacimiento del bebé, las células que forman el recubrimiento del útero comienzan a desprenderse. Esto produce un flujo que se llama loquios y que dura unas semanas. Durante los dos a cuatro primeros días los loquios contienen una gran cantidad de sangre y por eso tienen una apariencia rojo oscuro, similar a una menstruación. Gradualmente, adquieren un color más claro, se tornan más rosados, y finalmente se vuelven blancos o blanco amarillento. La cantidad disminuye con el tiempo hasta que se detiene.


¿Qué sucede con mis pechos?

Los cambios hormonales después del parto hacen que tus pechos comiencen a producir leche. Cuando el bebé lacta durante los primeros días después del parto, extrae el calostro, una sustancia amarillenta que producen tus pechos durante el embarazo. La succión dispara la liberación de una hormona llamada prolactina, que estimula la producción de leche, y otra hormona llamada oxitocina, que hace que las bolsas que acumulan la leche (senos lactíferos) y los conductos se contraigan, dirigiendo la leche hacia los pezones. (A esto se lo llama reflejo de "bajada de la leche".) La oxitocina también estimula las contracciones del útero y puede que sientas algunos calambres abdominales o entuertos.
Una vez que sale la leche, normalmente unos días después del parto, los pechos se inflaman, se sienten como con bultos, adoloridos e incómodamente llenos. A esto se le llama congestión mamaria, y lo normal es que desaparezca al cabo de un día o dos. Lo mejor que puedes hacer para aliviarte es amamantar al bebé con frecuencia. De hecho, el amamantamiento frecuente desde el principio a veces evita totalmente la congestión mamaria.
Aún cuando no estés amamantando comenzarás a producir leche, y pocos días después de dar a luz, tus pechos se congestionarán y posiblemente se sientan inflamados e incómodos. Este malestar puede durar un par de días o más. Mientras tanto, usa todo el tiempo un brasier (sostén) que te proporcione una buena sujeción y coloca compresas frías sobre tus pechos para aliviar la inflamación y ayudar a inhibir la producción de leche. (Asegúrate de cubrir las compresas frías con un paño para proteger tu piel.) Puede que pasen varias semanas hasta que tu leche se seque por completo.
Si lo necesitas, puedes tomar acetaminofén o ibuprofeno para aliviar el dolor. Si te sientes extremadamente incómoda, puedes extraer suficiente leche como para que la situación sea más tolerable. No obstante, esto podría prolongar el proceso, ya que estimular los pezones y vaciar las mamas le indica al cuerpo que produzca más leche. Evita aplicar calor en tus pechos ya que esto también puede estimular la producción de leche.


¿Por qué estoy perdiendo el cabello?

Si tu cabello se volvió más grueso durante el embarazo, es posible que se te empiece a caer en mechones. Esto les sucede a algunas nuevas mamás alrededor de uno a cuatro meses después de tener a su bebé.
No te preocupes: no te quedarás calva. Así como los altos niveles de estrógeno te hicieron perder menos cabello durante el embarazo, la disminución de los niveles de estrógeno después del parto puede hacer que se te caiga más. No obstante, será reemplazado por cabello nuevo, y la caída se detendrá, de modo que tu cabello debería volver a la normalidad al cabo de un año. El lado bueno de esto es que si sufriste de exceso de vello facial y corporal durante el embarazo (como consecuencia del aumento de las hormonas llamadas andrógenos), puedes esperar que ese vello se caiga de tres a seis meses después de tener a tu bebé.


¿Qué le sucede a mi piel?

Los cambios hormonales, el estrés, y la fatiga que trae la nueva maternidad pueden afectar tu piel así como el resto de tu cuerpo. Algunas mujeres que tenían una piel perfectamente limpia durante el embarazo tienen más imperfecciones en los meses posteriores al parto. Por otro lado, si tuviste acné durante el embarazo, en particular si se presentó por primera vez o si empeoró, es posible que ahora comiences a ver algunas mejoras.
Si tienes cloasma (manchas oscuras en la piel de los labios, la nariz, las mejillas, o la frente), comenzará a desaparecer en los meses posteriores a dar a luz y probablemente desaparezca por completo, siempre y cuando protejas tu piel del sol. Si te salieron estrías en el vientre, los pechos o las caderas, se volverán más claras poco a poco, aunque no desaparecerán completamente.


¿Volverán alguna vez a la normalidad mi vagina y perineo?


Una vez que des a luz, el espacio dentro de tu vagina siempre será un poco más grande que antes del primer embarazo. Inmediatamente después del parto, la vagina queda distendida y puede estar inflamada y con moretones. Durante los días siguientes, la inflamación que pudieras tener comienza a disminuir, y la vagina comienza a recuperar el tono muscular. Durante las siguientes semanas, gradualmente se volverá más pequeña. Hacer los ejercicios de Kegel de forma regular ayuda a restaurar el tono muscular.
Si tuviste una episiotomía o un desgarro, el perineo necesita tiempo para recuperarse, de modo que es una buena idea esperar hasta después del control posparto de las seis semanas para volver a tener relaciones sexuales. Además, es posible que tengas ciertas molestias incluso después de ese periodo, por lo tanto, asegúrate de ir despacio. Considera empezar poniéndote arriba de tu pareja o recostándote al lado para que puedas controlar la profundidad de la penetración. En todo caso, si sientes que la relación es dolorosa, espera un poco más. (Si quieres hacer el amor, ¡puedes encontrar otras formas mientras tanto!)
Cuando comiences a tener relaciones sexuales otra vez, probablemente notes que tienes menos lubricación vaginal que cuando estabas embarazada, debido a los menores niveles de estrógeno. Esta sequedad será incluso más pronunciada si estás amamantando, porque la lactancia tiende a mantener bajos los niveles de estrógeno. El uso de un lubricante (en general los encontrarás cerca de los preservativos o los tampones y toallas higiénicas en las farmacias) ayuda a reducir la incomodidad. Asegúrate de utilizar un lubricante a base de agua. Esto es particularmente importante si estás usando un método anticonceptivo de látex, ya que los lubricantes a base de aceite pueden debilitar el látex y hacer que se rompa el condón.


¿Por qué me siento tan malhumorada?

Los altibajos hormonales pueden contribuir a los cambios emocionales que estás sintiendo ahora, junto con el malestar físico que estás experimentando a causa del esfuerzo del parto, las exigencias de cuidar al nuevo bebé, y la adaptación emocional a la maternidad. Sea cual fuera la causa, es común que te sientas un poco desanimada y tristona; esto en general comienza unos días después de dar a luz y dura unas dos semanas. Si la sensación no desaparece espontáneamente en las primeras semanas o te parece que te estás sintiendo peor en lugar de mejor, deberás llamar a tu médico. Puedes estar sufriendo de depresión posparto, un problema más serio que requiere tratamiento.

¿Puedo hacer el amor durante el embarazo?

Si has tenido hemorragia vaginal o pérdidas de sangre al comienzo del embarazo, quizás tu médico te aconseje no tener relaciones sexuales hasta pasadas las 14 semanas. En cualquier otra circunstancia, no hay ninguna razón física por la que tú y tu pareja no puedan hacer el amor durante el embarazo. El pene no puede dañar al bebé de ninguna forma durante el acto sexual. Quizás durante los primeros meses, sientas cansancio, náuseas, hipersensibilidad en los senos, estrés generalizado y una cierta ansiedad. Estas sensaciones pueden disminuir tu deseo de hacer el amor. Sin embargo, muchas mujeres reportan que a medida que avanza su embarazo, y especialmente durante el segundo trimestre, se sienten menos incómodas y aumenta su deseo sexual. Algunos hombres también tienen dudas sobre si es bueno hacer el amor durante el embarazo, porque les preocupa hacerle daño a su mujer o al bebé. A veces les cuesta un poquito adaptarse al nuevo cuerpo de su compañera.
Según progrese la gestación y te crezca la pancita, es posible que te moleste tener el cuerpo de tu compañero encima del tuyo. Puedes experimentar con otras posiciones en las que disfrutes más. En el último trimestre, es mejor hacer el amor con suavidad, porque de lo contrario quizás te resulte incómodo. Hay otra cosa que debes tener en cuenta las últimas semanas: hacer el amor genera oxitocina, una hormona que entra en la corriente sanguínea y que ayuda a que el cuello uterino se vaya preparando para el parto. Hacia el final de la gestación, esta hormona puede desencadenar contracciones. También el semen, rico en prostaglandinas naturales que contribuyen a las contracciones del útero, puede facilitar el inicio del parto. No hay ningún problema si el embarazo progresa normalmente, aunque en algunos casos tu médico puede aconsejarte que no hagas el amor durante el último trimestre, por ejemplo, si tienes antecedentes de partos prematuros. Hay personas que prefieren no tener relaciones sexuales durante el embarazo. Si te sucede esto a ti (o a tu compañero), es importante que lo hablen para que no se convierta en un conflicto grave entre ustedes.

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